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Acoso escolar ¿Qué puedo hacer como padre?

El acoso escolar, conocido por el término anglosajón de bullying, implica cualquier forma de maltrato psicológico, físico o verbal entre escolares de manera reiterada tanto en el aula como fuera de ella. Además, se suma la modalidad de ciberacoso a través de las nuevas tecnologías y redes sociales. El acoso tiene graves consecuencias para las personas involucradas a corto y largo plazo, esto incluye tanto a la víctima como al acosador. Pero también los espectadores, como otros alumnos y el propio centro educativo juegan su papel.

Durante la etapa escolar la relación entre compañeros es muy importante para la salud mental y el ajuste personal futuro. Las personas que han sido víctimas de acoso pueden tener dificultad para confiar en los otros en la etapa adulta, reduciendo de esta manera sus posibilidades de relación social y laboral. Cualquiera de las partes implicadas tiene una responsabilidad legal y moral, pudiendo ser desde una falta hasta un delito grave.

Algunas consecuencias del acoso que pueden aparecer en la víctima son las siguientes:

  • Aislamiento social y soledad acompañado por falta de motivación propia y desesperanza por el futuro.

  • Baja autoestima y deterioro de la imagen de sí misma

  • Disminución del rendimiento académico que deriva en abandono escolar

  • Ansiedad, problemas a la hora de dormir, estado de ánimo apático…

  • Disminución de la capacidad de relación social

  • Sensación de inseguridad en el ambiente, la cual provoca un estado de alerta constante. Esta situación de estrés puede acarrear un efecto negativo sobre la salud física y mental.

  • En los casos extremos puede presentar ideas suicidas e incluso intentos de suicidio

No obstante, las consecuencias negativas no solo las va a sufrir la víctima. El acosador tenderá a repetir su patrón de relación agresiva con su familia o puestos de trabajo, por lo que de no corregirse su patrón relacional será también disfuncional. En ocasiones, utilizan el acoso como una manera de llamar la atención, ya que les permite compensar situaciones anteriores de fracaso o exclusión en otros ambientes. Este tipo de comportamientos se relacionan con lo siguiente:

  • Modelo de interacción basado en el dominio y la sumisión

  • Baja habilidad de resolución de conflictos

  • Poca tolerancia a la frustración

  • Dificultades para respetar límites

  • Falta de autocrítica y ausencia de responsabilidad.

Los testigos corren el riesgo de insensibilizarse, y por lo tanto no reaccionar ante situaciones de injusticia de su entorno. El actuar en base a sentimientos de sumisión y miedo influye de manera negativa en su autoestima y desarrollo moral. Asimismo, alienta la conducta del acosador.

El acoso escolar NO son “cosas de niños”

¿Cómo actuar si mi hijo sufre acoso escolar?

  • Dar credibilidad al relato de tu hijo, que se sienta en un espacio seguro y sin juzgar. Elogiarlo por la valentía de haberlo contado ya que el comienzo de la solución es responsabilidad de los adultos.

  • Mostrar apoyo y asegurar que está haciendo lo correcto para poder acabar con la situación. Hacer

  • Hablar con el equipo directivo del centro para tratar de dar una respuesta con la ayuda del gabinete psicopedagógico. Si la respuesta por parte del centro no es satisfactoria acudir a la Asociación de Padres y Madres (AMPA) del centro escolar y/o recurrir al Servicio de Inspección Educativa de la comunidad autónoma

  • Reforzar autoestima valorando los esfuerzos en cualquier ámbito y resaltando cualidades personales.

  • Animarle a fortalecer y establecer relaciones con otros compañeros para evitar una fobia social derivada del bullying.

¿Cómo actuar si mi hijo ejerce acoso escolar?

  • Mantener una actitud colaborativa con el centro educativo. Poder hablar con los profesores y el departamento de orientación para conocer la situación y orientar la intervención

  • Intentar conocer las causas de la conducta de tu hijo. Los niños no son buenos o malos, si no que tienen conductas que encauzar. Sabiendo el porqué se podra poner solución, y en esta labor te puede ayudar un psicólogo.

  • Fomentar que tu hijo entienda la responsabilidad de sus actos. Hay que procurar no trasladar esa responsabilidad a otras personas (profesores o los compañeros del aula). Cuando tu hijo esté preparado, ayúdale a pedir perdón a las víctimas.

  • Hacerle entender que esas conductas son inadmisibles. Explícale las consecuencias que puede tener una situación de acoso escolar tanto para él como para la víctima. Buscando que este ambiente sea de calma y confianza, donde tú y tu hijo podáis hablar y expresar vuestros sentimientos.

  • Ayúdale a canalizar de una forma positiva la conducta agresiva. Una buena forma es apuntándole a algún deporte de competición.

  • Ser su modelo a seguir. Eliminando del ambiente familiar críticas no constructivas, las burlas a algún personaje que aparezca en la televisión, insultos a otras personas, etc.. Este tipo de conductas validan inconscientemente la humillación de los demás.

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