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Síndrome del trabajador quemado ¿Te suena?

Estamos saliendo de la habitual cuesta de enero acompañada de preocupaciones económicas y exigencias laborales, llegando al “burnout”, conocido como el síndrome del trabajador quemado. Muchas personas acuden a consulta debido al malestar en el ámbito laboral que afecta a su vida personal, de pareja, momentos de ocio, etc.

¿Qué es el síndrome del trabajador quemado? Es la sensación de agotamiento, decepción y pérdida de interés por la actividad laboral. Un excesivo estrés relacionado con el trabajo durante un largo periodo es un factor de riesgo para la salud mental y psicológica.

Las causas más habituales del burnout es el alto nivel de estrés por sobrecarga de trabajo, baja motivación por parte de los jefes, sentimiento de incapacidad en el trabajo delegado, ausencia de oportunidades de crecimiento o falta de recompensas por el esfuerzo realizado.

Este burnout se puede producir en cualquier tipo de trabajo, por lo que es importante cuidarse. Algunos consejos para evitar este agotamiento físico, mental y emocional son los siguientes:

  • Cuida tu salud: Muchas veces la salud la ponemos en último lugar, descuidando la alimentación, los horarios de sueño, el ejercicio físico… llegando a forzar la maquinaria del cuerpo. Es importante realizar diferentes actividades que beneficien tu salud y que te permitan momentos de desconexión.

  • Respeta tu horario de trabajo: Con el aumento de las nuevas tecnologías y el teletrabajo, cada vez estamos más conectados en todo momento. Es importante mantener una separación del horario de trabajo y del personal, permitiéndote desconectar del correo y de las llamadas del trabajo.

  • Realiza actividades de ocio: Facilita el que puedas desconectar en tu tiempo libre del estrés laboral. También aumenta tu percepción de bienestar y autoestima.

  • Busca apoyo personal y social: Ya sea a través de compañeros de trabajo, familiares o amigos para que ayuden a mainar esa sensación de agotamiento y estrés.

  • Cuidado con la autoexigencia: En muchas ocasiones caemos en nuestra propia trampa de la autoexigencia, imponiéndonos cargas laborales que no nos corresponden o buscando un nivel elevado de perfección. Es importante ser flexibles con los objetivos que nos planteamos.

  • Aprende a decir “no”: Comunicar abiertamente dentro de la honestidad y educación son pilares de la asertividad. Nos permite expresar lo que pensamos y sentimos sin agredir al otro. Esta es una manera de establecer límites en la realización de tareas, para las cuales no nos sentimos capacitados o no nos corresponden.

Espero que estos consejos te ayuden a mantener un buen equilibrio entre tu vida personal y laboral. En caso de sentirse desbordado, nunca está de más dar el paso adelante y pedir ayuda profesional.


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